El pene consiste en dos columnas de tejido eréctil que se denominan cuerpos cavernosos (producen la erección) y un conducto (uretra) por donde sale la orina. Durante la erección, este tejido eréctil se rellena de sangre, el pene aumenta de tamaño y se vuelve rígido.
En el pene normal la erección implica una expansión de todas las capas titulares de forma simétrica. En el pene incurvado existe una asimetría de uno de los cuerpos cavernosos. Por ello se conoce también esta patología como «Desproporción de los cuerpos cavernosos».
La incurvación puede ser ventral, la más frecuente, en la que el pene se desvía hacia abajo, lateral (más frecuente a la izquierda) o dorsal, más rara.