El 20% de los hombres en España padecen de impotencia sexual masculina, más conocida como disfunción eréctil. Es la incapacidad de mantener la erección del pene para poder tener relaciones sexuales satisfactorias. Cada vez son más los hombres que dejan atrás el secretismo y la vergüenza de hablar sobre este tema y buscan soluciones a la impotencia masculina.
Es bastante común en edades comprendidas entre los 40 y 70 años, ya que suponen más de la mitad de los hombres (52%). Es un problema más común de lo que parece y si no se trata puede llegar a causar problemas en el día a día (relaciones con la familia, parejas, el trabajo y el entorno social).
¿Cómo sabemos que sufrimos de impotencia?
Los problemas de erección tienen que estar presentes durante un tiempo cercano a los tres meses para poder ser diagnosticados. Hay que tener en cuenta que la erección es un mecanismo claramente vascular, cualquier patología que altere a la circulación sanguínea puede producir disfunción eréctil. Entre ellas, se encuentra:
- Factor cardiovascular: El órgano reproductivo masculino no acumula la suficiente sangre para que se produzca la erección. Puede estar producida por la diabetes, el tabaco, la hipertensión arterial, trastornos cardiovasculares.
- Factor psicológico: Enfermedades psicológicas como la ansiedad producida por no conseguir la erección o no poder satisfacer a la pareja, problemas de pareja o de diferente índole, el estrés o la depresión pueden llevar a la disfunción eréctil.
- Factor farmacológico: Existen medicamentos que cuentan con efectos secundarios que disminuyen la función de la erección.
- Factor neurológico: Hay una interrupción en la transferencia de información entre el cerebro y el pene causado por una lesión en los nervios. Puede ser causado por una operación quirúrgica realizada en la pelvis, la esclerosis múltiple o lesiones en la médula espinal.
- Factor hormonal: Poco común. Debido a la escasa presencia de hormonas sexuales masculinas.
Las soluciones a la impotencia masculina
Siempre se adecuará un tipo de tratamiento de acuerdo a cada caso. Antes de tratarlo, hay que eliminar aquellos elementos que ayudan a que se produzca la disfunción, como:
- Eliminar el tabaco
- Realizar ejercicio físico
- Reducir la ingesta de alcohol
- Consultar con el médico los medicamentos que consumimos y leer bien en el prospecto sobre los efectos secundarios que puedan aparecer
- Controlar cualquier enfermedad desencadenante de la impotencia
En cuanto a los tratamientos en sí para solucionar la disfunción eréctil, se dividen en cuatro grupos:
- Los fármacos orales: Pastillas que facilitan estimulación sexual que se consumen por vía oral 1 o 2 horas antes de la relación sexual.
- Las inyecciones intracavernosas y el mecanismo de erección por vacío: Se realiza una inyección directamente en el órgano reproductivo masculino.
- El tratamiento de ondas de choque para la disfunción eréctil, a diferencia de los otros tipos de tratamientos, no es invasivo, es indoloro, no tiene efectos adversos y su aplicación tiene una durabilidad más allá que aquellos procedimientos que se realizan en el momento (los fármacos y las inyecciones). Las ondas de choque de baja intensidad mejoran en gran medida la función eréctil del pene, la dureza de la erección y la satisfacción emocional del paciente.
- Los procedimientos quirúrgicos como el implante de prótesis de pene: La intervención quirúrgica es la última medida que se toma, en caso de que las anteriores no hayan sido exitosas.