Los doctores Francisco Ramírez y Alberto Rivero, ambos urólogos de la clínica Venegas Salud en Las Palmas de Gran Canaria, han decidido sumarse a la campaña Movember concienciando a los hombres en Canarias sobre la necesidad de las revisiones regulares de próstata y la prevención de las diferentes patologías que pueden asociarse a la misma. Y es que noviembre es el mes de la concienciación y el cuidado de la salud urológica. La campaña Movember, creada en 2003 a nivel internacional, invita a los hombres de todo el mundo a dejarse crecer un bigote a lo largo del mes para sensibilizar sobre las enfermedades masculinas. Se estima que la mitad de los hombres, con la edad, padecerán hiperplasia benigna de próstata y de ellos, aproximadamente un 30% necesitará operarse.
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una enfermedad benigna que afecta a hombres por encima de los 40 años a expensas del crecimiento de la próstata que puede dificultar en mayor o menor medida realizar una micción satisfactoria. La HBP aparece en todos los hombres, aunque no da problemas miccionales en todos ellos. Hiperplasia benigna significa «crecimiento o aumento de tamaño» de carácter no canceroso. Es decir que la HBP es una enfermedad completamente diferente al cáncer de próstata. También se la conoce como adenoma de próstata. El aumento de tamaño benigno de la próstata y las molestias se van haciendo más evidentes con el envejecimiento. El crecimiento de la próstata afecta sólo a una parte de la misma (zona transicional), precisamente la que está en relación con la uretra.
Este crecimiento benigno de la próstata puede provocar un deterioro de la calidad de la función miccional de los varones: se produce un chorro flojo, dificultad para iniciar la micción, gran frecuencia urinaria, necesidad de orinar de noche y sensación de vaciado incompleto, lo que acaba redundando en una disminución de la calidad de vida. Si tenemos en cuenta que es muy frecuente, pues lo padece una gran proporción de la población, 50% de los varones de 50 años y el 80% de los de 80 años, nos encontramos ante uno de los problemas de salud más importantes para el varón adulto. Para el control de la salud prostática es necesario hacerse una revisión anual a partir de los 45 años. Cuando comienzan los primeros síntomas iniciamos terapia con medicamentos, pero cuando ésta falla o surgen complicaciones debemos recurrir a la cirugía.
Cada vez más frecuente en hombres más jóvenes
La Hipertrofia Benigna de Próstata suele ser una enfermedad asociada a los hombres de edad avanzada. Sin embargo, también suele darse en hombres más jóvenes, llegando a padecerla un 25% de los varones con 40 años de edad. Se calcula que en los países desarrollados la probabilidad de que un varón de 40 años requiera en un momento determinado de su vida algún tipo de cirugía por hipertrofia benigna de próstata es de un 30%.
Las ventajas de los tratamientos con láser
Una vez diagnosticada la hiperplasia benigna de próstata, existen diferentes tipos de medicación para tratarla y, en muchas ocasiones son suficientes para controlar la enfermedad. Pero si no es suficiente se le ofrece al paciente la posibilidad de cirugía. Hay varias opciones posibles de cirugía y la técnica que se elija depende del tamaño de la próstata y de las características particulares de cada paciente.
Las técnicas más clásicas son la resección transuretral de próstata (se realiza por vía transuretral) o, para las de mayor tamaño, la prostatectomía abierta (en la que es necesario abrir el abdomen). Pero actualmente, gracias a las técnicas láser, y en concreto a la Enucleación Prostática con Láser Holmium (HoLEP), es posible operar todas las hiperplasias por vía transuretral. Los resultados son mejores, en lo que se refiere a menor riesgo de sangrado (por lo tanto, menos riesgo de transfusión de sangre), menor tiempo de hospitalización y menor tiempo con sonda vesical.
El láser de holmium permite acceder a todo tipo de tamaño prostático (a partir de los 40 gramos aproximadamente) siendo el más recomendado para próstatas con un volumen superior a 80 gramos. Aunque existen varios tipos de láser, el holmium fue el primero que se usó para esta técnica, y por lo tanto, con el que se tiene más experiencia y está recomendado por la EAU (Asociación Europea de Urología).