El cáncer de riñón se origina en el sistema tubular del riñón. Su forma corresponde a un tumor redondeado que se asienta en el propio riñón. El carcinoma de células renales tipo células claras es el más común, aunque pueden existir otras variedades. Es más común en personas entre 50 y 70 años de edad y tiende a ser más frecuente en hombres. Los factores de riesgo más comunes son el tabaquismo, factores genéticos, la exposición a sustancias como el asbesto, cadmio, herbicidas y benceno. La obesidad y la hipertensión arterial también son factores de riesgo para el cáncer de células renales.

CÁNCER DE RIÑÓN
PREGUNTAS FRECUENTES
El cáncer de riñón se manifiesta típicamente con tres síntomas: sangre en la orina (hematuria), dolor en la zona lumbar y la aparición de una masa abdominal. Cerca de un tercio de los pacientes presentan metástasis en el momento del diagnóstico.
En la actualidad, la mayoría de los tumores renales se detectan accidentalmente durante un estudio de ecografía o TAC, por lo general, en busca de causas no relacionadas. La TAC es la prueba más precisa pues muestra la naturaleza tumoral y distingue los tumores malignos de otras lesiones quísticas o sólidas no cancerosas. También permite conocer detalles importantes como el tamaño y la cercanía a otras estructuras como el hígado, el intestino y los grandes vasos del abdomen. Existen ocasiones en que es preciso operar para evaluar de forma definitiva la naturaleza de lesión.
Las opciones de tratamiento para el cáncer de riñón se basan en la cirugía, extirpando todo el riñón (nefrectomía radical) o una porción de éste (nefrectomía parcial). La cirugía parcial está reservada a los tumores pequeños (menos de 4-5 cm, con una localización que no implique las grandes arterias que riegan el riñón.
La radioterapia y quimioterapia se han mostrado muy poco eficaces y sólo algunos casos seleccionados presentan respuesta a la inmunoterapia. Las nuevas terapias antidiana, como los inhibidores de la tirosin-kinasa, han supuesto un enorme avance en el pronóstico de este tumor. Resultan especialmente útiles en casos de progresión o enfermedad diseminada.
La probabilidad de curación depende directamente del tamaño (estadios) y tipo de tumor, así como la infiltración de estructuras vecinas (vena cava, hígado, ganglios). A mayor tamaño peor pronóstico.
En las etapas tempranas, donde el tumor es pequeño y no ha infiltrado, el pronóstico es bueno ya que el tratamiento es curativo. En aquellos casos en que el tumor esta localizado (estadios I y II) la supervivencia a los 5 años es del 75-80%. Sin embargo cunado se diagnostica en estadios avanzados (III-IV) disminuye por debajo del 50%.